España | Marketing Directo : Los agujeros en la verificación third-party dan manga ancha al fraude online
El fraude online es uno de los temas que más preocupan a la industria digital en la actualidad y es que todos los sectores del mundo 2.0 se ven afectados de una u otra forma por esta lacra.
A pesar de que han sido numerosas las medidas tomadas para prevenir y detectar estas prácticas, sobre todo tras conocerse los errores en las métricas del social media, lo cierto es que los bots siguen muy presentes en la red.
De hecho, tal y como recoge Digiday, algunos investigadores afirman que hasta el 80% del tráfico de bots puede pasar desapercibido incluso aplicando filtros de verificación.
Pero cuando se trata de poner coto a este problema, los anunciantes, asegura Augustine Fou, consultor de fraude de publicidad online, deben ser escépticos a la hora de obtener información sobre la situación.
Con cada agente de este negocio mirando por sus propios y dispares interés, la realidad es que “todo el mundo cuenta una verdad parcial”.
“Los anunciantes tienen un falso sentido de la seguridad y confían ciegamente en filtros de third-party que consideran efectivos. Y la mayoría de los compradores no conoce la existencia de este tráfico robótico que pasa desapercibido ante los filtros”, explica el consultor Shailin Dhar.
Uno de los mayores beneficios de utilizar la verificación es que los clientes pueden conocer de manera constante el fraude que se detecta en su web y para los publishers premium estos datos pueden ser una herramienta para calibrar su calidad.
No obstante también puede convertirse en un arma de doble filo al ser usados por los delicuentes para realizar hackeos.
Los “resellers” de tráfico obtienen acceso regular a las cuentas para su verificación. Si uno de ellos es denegado podría aliarse con las redes de vendedores que trabajan de manera conjunta para reforzar el fraude online.
Una vez tienen acceso a los datos de la compañía de verificación, los vendedores prueban diferentes tácticas hasta que descubren los agujeros de los filtros. Cuando una de esas tácticas funciona, como realizar determinados movimientos de ratón o clics, los vendedores la utilizan en el tráfico que venden en el mercado abierto.
Si este método no pasa los filtros también optan por combinar tácticas que han funcionado en las diferentes plataformas de verificación como DoubleVerify, Integral Ad Science o Moat.
“Hay una desconexión entre las compañías de verificación que tratan de crear filtros rigurosos y los equipos de ventas que venden cuentas a todos aquellos dispuestos a pagar y esto les expone a ser víctimas de los fraudes”, añade Dhar.
Aunque las compañías de verificación niegan que las razones económicas sean las que dan acceso a sus cuentas, sí reconocen que el fraude sigue siendo el juego del ratón y el gato.
“Contamos con un completo proceso de veto para los socios a los que vendemos directamente pero somos conscientes de que existe una tendencia criminal que están buscando maneras de explotar las herramientas”, explica Matt McLaughlin, COO of DoubleVerify.
Para Amit Joshi, director of product and data science de Forensiq, los investigadores tienen el interés de que el fraude se presente como uno de los mayores problemas de la industria y, aunque es un gran problema, asegura, “en algunos casos se exagera”.
Lo que está claro es que mantenerse imparcial en este asunto es casi imposible.
“Los operadores de bots envían normalmente su tráfico a un par de dominios pero esos dominios suelen estar conectados a otros “traffic brokers” por lo que se convierte en una gran red de arbitraje”, afirma Jason Shaw, director of data science at IAS.
De esta manera, aunque investigadores y compañías no coinciden en la cantidad de fraude que pasa desapercibido, sí se ponen de acuerdo en que a día de hoy, todos los servicios son vulnerables ante un problema que solo va en aumento.
No hay solución perfecta pero, asegura McLaughlin, “necesitamos construir herramientas para poder evolucionar al mismo ritmo que el fraude”.